Los ritos funerarios de épocas pasadas, así como diversas piezas relacionadas con las exequias de personajes ilustres que habitaron el Alcázar, y que se encuentran expuestas en sus salas, sirvieron como hilo conductor de las visitas guiadas especiales que se llevaron a cabo la noche del 31 de octubre, con motivo del Tiempo de Ánimas. Se llevaron a cabo cuatro visitas entre las 20:00 y las 21:30 horas.
Los visitantes, que previamente habían adquirido sus entradas a través de la página web oficial del Alcázar, realizaron un recorrido por la sala del Trono, donde se narraron las circunstancias que rodearon el fallecimiento del rey Enrique IV de Trastámara en 1474; por la sala de la Galera, donde se recordó la historia del rey Juan II y de su valido, Álvaro de Luna, cuyo fantasma, dice la leyenda, se apareció al Rey en esa misma sala augurándole la muerte; por la sala de Reyes, para visitar el balcón desde el cual, según la tradición popular, cayó el infante D. Pedro de Castilla y por la sala del Cordón, desde donde las vistas privilegiadas de la iglesia de la Vera Cruz dieron pie a recordar la leyenda del caballero cuyo cuerpo fue devorado por los pájaros.
En la Capilla del Alcázar los grupos visitaron las lápidas de los Tesoreros del rey Felipe II, y en la antecapilla la del conde Félix Gazola, primer director del Real Colegio de Artillería.
En las salas del museo de historia del Real Colegio de Artillería se recordó a los héroes del Dos de Mayo, los capitanes de Artillería D. Luis Daoíz y D. Pedro Velarde, alumnos del Real Colegio en el Alcázar, frente al lienzo de Rivelles que representa el traslado de los restos mortales de los Capitanes por las calles de Madrid.
De manera extraordinaria, se visitaron los sótanos del costado norte del Alcázar, habitualmente cerrados al público, donde se expone el lienzo Entierro de Isabel la Católica, obra del autor gaditano Salvador Viniegra y Lasso de la Vega (1885). Los grupos tuvieron la posibilidad de recorrer parte de estos sótanos, una zona recóndita de la fortaleza con estancias en parte excavadas directamente en la roca, cuyos pasadizos sumergieron a los visitantes en una atmósfera de tenebrismo y sobrecogimiento, tan acorde con el Tiempo de Ánimas en que nos encontramos.
La visita por el Alcázar se complementó con la lectura de estrofas de composiciones literarias de temática fúnebre: las Cortes de la muerte de Lope de Vega, las Coplas a la muerte de su padre de Jorge Manrique y la Oración en memoria de los caídos el 2 de mayo de 1808 en la guerra contra Napoleón pronunciada por el Dr. Agustín Torres en el primer aniversario de la batalla de Monteleón.
Un momento especialmente intenso de la visita tuvo lugar en la sala de Reyes, donde se reprodujeron, en forma de audio, unas Danzas de la Muerte, piezas literarias compuestas en forma de diálogo en verso, ideadas para ser representadas en público, que alcanzaron gran popularidad en la baja Edad Media. En las Danzas de la Muerte, una personificación alegórica de la parca, habitualmente representada como un esqueleto humano, llama a personas de distinta posición social o en diferentes etapas en la vida para bailar alrededor de una tumba; la muerte les recuerda que los goces mundanos tienen su fin y que todos han de morir.