La magia de la noche congregó delante de la fachada el Alcázar a miles de personas de todas las edades, que esperaban ansiosos para ver a sus majestades de Oriente.
Previo al espectáculo en el Alcázar, a media tarde y guiado por una estrella luminosa, el cortejo real partió desde la Alhóndiga hacia el Alcázar en la denominada “precabalgata”, para ir al encuentro de sus majestades los reyes.
A las siete de la tarde dio comienzo un espectáculo de luz y color, preludio de la aparición estelar de Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes dirigieron un primer saludo al público desde la terraza de Moros de la fortaleza.
La magia comenzó cuando las puertas del castillo se abrieron y SS. MM. de Oriente atravesaron el puente sobre el foso para iniciar su recorrido por las calles de Segovia, repartiendo ilusión y contagiando de felicidad a su paso.
El séquito que acompañó a los Reyes Magos en la cabalgata estuvo compuesto por más de cuatrocientas personas entre porteadores, músicos, artistas y voluntarios. Cobraron especial relevancia los espectáculos de Os Batukones, la Orquestina del Valle, el grupo de dulzainas Tierra de Segovia, la Troupé de la Merced, la banda de la Unión Musical de Segovia; desde el inicio, además, una constelación de medio centenar de estrellas flotantes, de dos metros cada una, escoltó el cortejo real, de la mano de compañía francesa Aerosculpture.
Melchor Gaspar y Baltasar fueron trasladados en andas por la ronda de Juan II, plazuela del Socorro, calle Martínez Campos, calle Barrio Nuevo y San Frutos hasta llegar a la Plaza Mayor, donde se subieron a sus nuevas carrozas reales para recorrer las calles de la ciudad hasta el acueducto.